Una emoción es un proceso que se activa cuando el organismo detecta algún peligro, amenaza o desequilibrio con el n de poner en marcha los recursos a su alcance para controlar la situación (Fernández-Abascal y Palmero, 1999).
Por lo tanto, las emociones son mecanismos que nos ayudan a reaccionar con rapidez ante acontecimientos inesperados que funcionan de manera automática, son impulsos para actuar.
Cada emoción prepara al organismo para una clase distinta de respuesta; por ejemplo, el miedo provoca un aumento del latido cardiaco que hace que llegue más sangre a los músculos favoreciendo la respuesta de huida.
Cada persona experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, su aprendizaje y de la situación concreta. Algunas de las reacciones psicológicas y comportamentales que desencadenan las emociones son innatas, mientras que otras pueden adquirirse. Unas se aprenden por experiencia directa, como el miedo o la ira, pero la mayoría de las veces se aprende por observación de las personas de nuestro entorno
Las emociones son propias del ser humano.
Se clasifican en positivas y negativas en función de su contribución al bienestar o al malestar pero todas ellas, tanto las de carácter positivo como las de carácter negativo, cumplen funciones importantes para la vida.
Todas las emociones son válidas. No existen emociones buenas o malas. Por esta razón, es necesario expresar las emociones negativas retenidas que pueden desencadenar problemas mayores. No podemos desconectar o evitar las emociones. Cualquier intento por controlarlas a través del consumo de tabaco, alcohol u otras drogas puede generar problemas más importantes a largo plazo.
Podemos aprender a manejarnos con nuestros estados emocionales. Es lo que te iremos proponiendo en próxima entregas
Reblogueó esto en Cristina Guadalupe.
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