Las cifras son alarmantes, se estima que tres cuartas partes de la población estudiantil han sido víctimas de ciberbullying al menos una vez durante el año escolar. Un grupo menor de adolescentes, pero igual de alarmante afirma ser víctima de acoso una o dos veces al mes. Un porcentaje menor, un 3% de los adolescentes denuncian sufrir ataques todos los días. Estas cifras muestran que este es un problema que se no se debe tomar a la ligera y que afecta a muchos más adolescentes de lo que se piensa. El problema es que la mayoría no denuncia.

La tecnología ha conectado a la sociedad de una forma que nunca antes se había visto. También ha creado un entorno en el que los niños y niñas, no son capaces de alejarse de quienes los atacan. Son muchas las amenazas que este nuevo mundo digital puede presentar.

El ciberbullying es una de ellas. Las víctimas están expuestas al maltrato a todas horas, sin importar donde se encuentren. En muchas ocasiones el acoso se vuelve viral, más personas se unen y se multiplica el efecto de indefensión y vulnerabilidad que experimenta el niño o niña acosado.

Ante estos, muchos padres y madres, se encuentran indefensos. No conocen el medio y la forma de poder abordar una amenaza de estas características.

Es importante que como progenitores seamos conscientes de lo que nuestros hijos e hijas hacen tanto en el mundo real como en el digital. Debemos estar al tanto de cómo se relacionan y qué tipo de trato dan y reciben. No sólo debemos velar porque estén a salvo del ciberbullying sino porque no sean ellos agentes de ningún tipo de acoso.

Cuando compramos a nuestros hijos o hijas un smartphone se debe especificar cuál es el uso que se espera que hagan de él y dónde están los límites del mismo. También es importante mantener una supervisión constante sobre la actividad online, para detectar posibles conductas inadecuadas cuanto antes y prevenir un problema mayor.

Se les debe hacer partícipes de que todas las acciones que llevan a cabo pueden afectar a otras personas y que está en sus manos elegir si quieren influir o negativa. Se debe insistir a los adolescentes es que todo lo que publican en internet es susceptible de ser utilizado para perjudicarlos en un futuro, por lo que deben aprender a ser cuidadosos sin necesidad de vigilancia constante. De ese modo se sentarán bases sólidas de confianza con los hijos que serán muy beneficiosas a largo plazo.

La mejor forma de contrarrestar el ciberbullying es la educación

Enseñarlos a tener un buen comportamiento tanto dentro como fuera de la red es fundamental para luchar contra el acoso a los menores. Establecer normas claras sobre lo que se considera un mal comportamiento en Internet puede ser determinante a la hora de evitar que sean participantes activos de situaciones de ciberbullying.

Además, se debe enseñar a ser solidarios y empáticos, de forma que puedan ayudar a posibles víctimas de ciberbullying o, en caso de ser ellos las víctimas, ofrecerles las herramientas y el apoyo que necesiten para salir de esa situación sin sufrir graves consecuencias.

La educación es la clave para conseguir que el ciberbullying no sea un problema grave para nuestros hijos e hijas y para que tengan una interacción saludable y provechosa con Internet.

¡No te equivoques! Tod@s estamos en Internet, de una u otra forma. En la siguiente infografía podrás encontrar algunas claves de este fenómeno que es el ciberbullying y como afrontarlo.

Fuente: Psicoglobalia.com

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Infografía de @Andyfgarcia08

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