La palabra «terapia» puede estar cargada de implicaciones.
Como consecuencia del desconocimiento sobre la salud mental y su tratamiento (que ayuda a millones de personas), las palabras «terapia» o «psicología» se juzgan y estigmatizan, cosa que se interpone en el camino del tratamiento.
No hay ninguna diferencia entre acudir a terapia psicológica o ir a una consulta médica cuando se tiene cualquier otra enfermedad. De hecho, ir a consulta psicológica es una de las mejores maneras de tratar los trastornos relacionados con la salud mental, como lo demuestran diferentes investigaciones . Es una manera muy recomendable de pasar por los momentos difíciles o de presión que pueden estar causando estrés.
La terapia psicológica proporciona las herramientas necesarias para afrontar estas situaciones. Es perfectamente razonable ir a consulta por una enfermedad física. ¿No debería pasar exactamente lo mismo acudir por un problema de salud mental?
Lo importante, después de todo, es estar sano. Y estar sano incluye cuidar la mente. Con el objetivo de desmitificar el proceso de ir a la consulta psicológica, aquí tienes una lista con nueve cosas que todo el mundo debería saber sobre la terapia.
1. No hay que avergonzarse de ir a terapia
Todo el mundo experimenta episodios de estrés o de tristeza. Pero cuando esos sentimientos se convierten en algo demasiado abrumador los psicólogos pueden ser de gran ayuda para recuperar el control. No hay nada humillante en buscar ayuda.
2. El estigma sigue estando presente
Aparte de que a veces se tiene una percepción negativa de la terapia, el estereotipo hace que mucha gente ni siquiera la considere como opción. De hecho, muchas personas que sufren depresión no buscan tratamiento de manera activa.
Volvamos al primer punto: no hay nada malo en pedir ayuda.
3. Todos somos diferentes
No hay una solución universal que valga para tratar todos los problemas de salud mental. Hay muchos métodos, desde la terapia de grupo hasta la terapia cognitivo conductual. Que una cosa le funcione muy bien a una persona no significa que le vaya a venir igual de bien a otra.
4. No hay un tiempo estimado de duración de la terapia
La duración de la terapia depende de circunstancias como el nivel de estrés del paciente, las cosas que le sucedan o que se le diagnostique una enfermedad mental.
5. No, no hay que tumbarse en un diván
Mucha gente tiene la idea preconcebida de que la consulta de psicología es tal y como la pintan las películas y hay quien cree que es ir a tumbarse en un diván y a que un hombre con gafas y el pelo gris anote tus secretos más inconfesables. Esta imagen dista mucho de la realidad.
6. A veces se tarda un tiempo en encontrar al profesional adecuado
Que alguien haya pasado por las manos de muchos especialistas no significa nada. Ir a terapia no es como tener una cita, no pasa nada si no hay química la primera vez. Lo importante es que la persona consiga la ayuda que necesita.
7. Ir a terapia no implica tener un trastorno de salud mental
Ir al psicólogo puede servir de ayuda para todo el que esté pasando por una mala racha, por estrés laboral o presión académica o por problemas familiares o de pareja. No hay nada malo en buscar un poco de apoyo.
8. La información no es cotilleo
Por lo menos no de la manera que tú te imaginas. El objetivo de la terapia es alcanzar el desarrollo personal del paciente. Y eso puede implicar que sea necesario hablar de ciertas personas que han influido en su vida, pero de ningún modo se trata de una sesión de charla de café.
Adaptado de un artículo original de Huffington Post