Cuando alguien que de verdad necesita algo lo encuentra, no es la casualidad quien se lo procura, sino él mismo. Su propio deseo y su propia necesidad le conducen a ello.
Hermann Hesse

Quizás la única respuesta realista para esta pregunta es: ¡Depende!

Muy a pesar de todo aquello que nos puedan estar contando todas las versiones posibles de los positivismos mágicos, no podemos conseguir todo aquello que nos propongamos. Al menos, no de la forma que nos lo pretenden vender.

Porque, parece complicado que, saltándonos todas nuestras limitaciones, podamos, simplemente, acceder a aquello que no hemos conseguido hasta ahora. Es una visión modificada de Un Mundo Feliz, de A. Huxley, que parece querer que pensemos que todo depende de nuestra voluntad, de las ganas que pongamos y de la actitud que tenemos en la vida.

Pero no es así. Por supuesto, la voluntad, las ganas y la actitud forman parte indispensable de cualquier cambio que queramos introducir en nuestra vida. Pero son solo eslabones del engranaje que lleva a conseguirlo. La perseverancia, la preparación, la motivación, la perspectiva … y muchas más, forman parte de esta maquinaria personal que nos puede llevar a conseguir aquello que nos propongamos.

people-690547_640

Pensemos. Si yo, que no he esquiado nunca, me pusiese unos esquís ¿qué posibilidades tendría de avanzar siquiera un par de metros? Pocas ¿verdad? Pues esto es lo que parecen estar proponiendo muchas de estas formulas mágicas hacia la felicidad. Literalmente, nos sugieren (o venden), que leyendo un libro, participando en un taller «fantástico» o escuchando a un reputado orador, nuestra vida cambiará. Si, es verdad, puedo estar exagerando y no es esto lo que nos dicen. Proponen una decisión, unos pasos, una preparación … ¡Puede ser! Pero esto no es lo que vende. Lo que dicen sus propagandas es más sencillo. ¡Ven y tu vida cambiará! Y apenas tendrás que hacer nada (sino un pequeño donativo), para conseguirlo.

Pero las cosas no funcionan así. Ni de lejos. El trabajo que debemos hacer, empieza por nuestro auto conocimiento. Se parece más a un diagnóstico, sin prejuicios, de nosotros mismos. Y esto, difícilmente, lo podremos llevar a cabo en poco tiempo.

El primer paso no es un desconocido para nosotros en Cámbiate. Se trata de nuestra propia aceptación. Del reconocimiento de quienes somos. Solo así sabremos que herramientas tenemos para poder abordar un nuevo camino. Y, no nos engañemos, no es sencillo. Exige franqueza con la persona que, generalmente, menos conocemos, nosotros mismos. Este comienzo de evaluación que significa la aceptación no implica conformismo o rendición, más bien todo lo contrario. Exige mirar hacia nuestro interior, sin juzgarnos, entendiendo lo que vemos como parte de nuestro ser.

Al mismo tiempo aceptarnos significa desapegarnos. Al indagarnos, encontraremos un montón de cosas que no nos son propias. Que están ahí, supuestamente formando parte de lo que parece definirnos, pero que no las reconocemos. Dejarlas ir, es otra parte importante de este camino nuevo, y a la vez antiguo, que decidimos emprender.

En estos primeros pasos, más que cargar, estaremos descargándonos, de lo que nos sobra. Frecuentemente, porque simplemente está ahí y no hemos decidido apartarlo. Es como ese garaje que está lleno de cachivaches que no sabemos para que sirven.

Volviendo al principio de nuestra propuesta de hoy, la voluntad forma parte de las herramientas necesarias, por supuesto. Pero no es más que un impulso que nos lleva a actuar para seguir adelante. La perseverancia, el esfuerzo y otras muchas herramientas que les he ido mostrando y seguiré haciendo, en Cámbiate, son otra parte indispensable de nuestro cambio personal.

Y esto, por más que queramos, no lo conseguiremos con un acto aislado de enaltecimiento de nuestra voluntad o entusiasmo. Que va. Exige un trabajo más intenso. En ocasiones, con la ayuda de un profesional de la psicología, que nos ayude a comenzar. Que nos muestre como hacer ese diagnóstico personal que es la primera piedra indispensable de este nuevo camino.

Y, aunque la charlatanería y la pseudociencia pueden proponer un bello sendero, no deja de ser arriesgado poner nuestra vida en manos de quienes no poseen los adecuados conocimientos para ayudarnos. Es posible que, en lugar de ayuda, recibamos una preciosa fábula que nos ilusione durante un tiempo. Pero el efecto rebote, la desilusión tras comprobar que no podemos hacerlo sin esfuerzo y dedicación, puede ser el peor lastre que podamos tener para comenzar.

Como ya hemos comentado en otras ocasiones. Desconfiemos de soluciones rápidas o mágicas. Será difícil, seguro ¡Pero valdrá la pena!

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.