Continuamente vemos como personas con poder, actúan como si fuesen invulnerables, pensando que son impunes a lo que afecta y compromete al común de los mortales.
De acuerdo a un estudio dirigido por G. A. Van Kleef realizado en 2015 en la Universidad de Ámsterdam, las personas poderosas se encuentran a sí mismas más inspiradoras que a cualquier otra persona. Su estudio, con 140 estudiantes universitarios, encontró que aquellas personas que estuvieron altamente de acuerdo con declaraciones como “puedo lograr que otros hagan lo que yo quiero” se mostraban más dispuestas a hablar sobre sí mismas y las experiencias que cambiaron sus vidas, que en escuchar a otros.
1. Si te sientes poderoso, eres el primero en actuar
En un estudio del año 2007, Adam Galinsky encontró que la gente que se siente más poderosa tiene una mayor probabilidad de actuar primero. Aquellas personas que se sentían más poderosas que sus compañeros tenían más probabilidades de pedir una carta en un juego de blackjack, de reparar un molesto ventilador en una habitación, y de actuar en dilemas sociales.
En el 2012, Jennifer A. Whitson de la Universidad de Texas encontró una explicación de esto: Las personas poderosas tienen una menor probabilidad de percibir – y recordar – las restricciones a sus objetivos. Es como la forma en que las águilas y caimanes evolucionaron para llegar a tener los ojos muy unidos.
“La visión de los depredadores está fijada en su objeto de persecución – su presa – dejando poco espacio visual para ver peligros inesperados o potenciales amenazas en su entorno,” comentan. “Este enfoque dirigido permite que se abalancen a la acción para asegurar su comida”. Lo mismo ocurre con los directores ejecutivos.
2. Si te sientes poderoso, es más probable que engañes a tu pareja
No es que los hombres estén más dispuestos a tener relaciones extramaritales que las mujeres. De acuerdo a un estudio realizado el año 2011 dirigido por Joris Lammers de la Universidad de Tilburg en los Países Bajos, las personas poderosas son las más propensas a engañar.
Su equipo encuestó a 1.561 profesionales, preguntando por su historial o interés en engañar a su pareja.
“Los resultados muestran que un poder elevado está asociado positivamente con infidelidad debido a que el poder aumenta la confianza en la habilidad de atraer parejas,” comentas. “Esta asociación fue encontrada para tanto infidelidades actuales como para intenciones de participar en actos infieles en un futuro.”
El género no importaba.
Las mujeres con poder eran igualmente propensas a infidelidades que los hombres. Esto va en contra de la creencia común. No es que los hombres inherentemente tengan una mayor probabilidad de ser infieles que las mujeres, es solo que la sociedad permite que los hombres tengan una mayor probabilidad de estar en posiciones de poder.
“Como psicóloga social, creo que la situación lo es todo y que la situación o instancia es con frecuencia más fuertes que el individuo,” comenta la autora del estudio.
3. Si te sientes poderoso, te sientes distante de otras personas
De acuerdo a J. Magee de la Universidad de Nueva York y P. Smith de la Universidad de California en San Diego, las personas poderosas se sienten más socialmente distantes que las personas no poderosas.
Esto sucede por varias razones:
Las personas se vuelven cercanas entre ellas cuando son “simétricamente dependientes” la una de la otra. Tú y tu jefe no son simétricamente dependientes; tú dependes de su aprobación más de lo que él depende de la tuya. Pero tú y las otras personas en su equipo son simétricas, así que es más probable que se vuelvan cercanas con el tiempo.
La investigación indica que la gente poderosa no necesita asociarse con otros de la misma manera. Las personas poderosas tienen que pensar más abstractamente que todos los demás. Están más preocupados de cumplir objetivos que de desarrollar relaciones.
Estos son algunos de los efectos que el poder tiene sobre las personas. Seguro que se te ocurren unos pocos más basados en tu experiencia. ¿Cuáles son?
Adaptado de Bussines Insider
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