Hay momentos en la vida que son verdaderamente momentáneos.
Mario Moreno “Cantinflas”
¿Qué es lo que puede conseguir que no consigas vivir la vida que querrías? Seguro que cada uno de nosotros tiene una pequeña lista con estos obstáculos ¿verdad? Pero probablemente uno de los primeros es darle vueltas a las cosas o, dicho de otra forma, marear la perdiz. Pensamos demasiado hasta que un pequeño problema se convierte en algo grande e incontrolable que no parecemos poder abordar.
Ocurre con pensamientos negativos. Pero, paradójicamente, también ocurre con los positivos. No nos centramos en disfrutar en el momento, y tratamos de analizar, consiguiendo que ya no parezcan tan beneficiosos. Esto puede conseguir que no avancemos. Porque lo que termina consiguiendo es que nos quedemos quietos. Como si fuésemos al cine, y tras terminar la película que nos ha gustado muchísimo, permaneciésemos en la sala, hasta que nos aburramos.
Todo tiene su momento y esta es la clave. Tanto lo positivo como lo negativo y aferrarnos a cualquiera de ellos, rompe el balance natural de las cosas. Solo entendiendo cada momento como lo que es conseguiremos disfrutar plenamente de la vida.
Te propongo algunas formas de lograrlo.
Perspectiva. Quizás es uno de los mejores consejos que me han dado últimamente. En resumen. Si alguien te intenta molestar no te lo tomes muy en serio. Si alguien te halaga tampoco.
Y la mejor forma es una receta muy sencilla. No y gracias. No acepto tu insulto o comentario desagradable y te doy las gracias por tus bonitas palabras. Y ya está. A por tu siguiente objetivo.
Importancia. Otra de las claves. Esto que nos preocupa ahora ¿importará en una hora?¿en una semana?¿en un año? Es increíble como cambia todo cuando le añadimos una perspectiva temporal. Es posible que el pinchazo de un neumático nos pueda parecer la mayor tragedia del mundo, pero una vez este arreglado, ya no lo es. Usemos el tiempo a nuestro favor. Tiene una gran ventaja. Te hace actuar en lugar de bañarte en preocupación.
Decide rápido. Si no tienes un límite de tiempo para aquello que debes hacer o las decisiones que debes que tomar, tienes todas las posibilidades de quedarte donde estás. Ponte tiempo para decidir. 30 segundos es suficiente para pequeñas decisiones cotidianas. Para decisiones más complejas, es suficiente con 30 minutos. Más tiempo te llevará a perder la necesaria perspectiva para tomar la decisión.
Actúa. O programa. Cuando sabes lo que tienes que hacer a continuación, disminuyen radicalmente las posibilidades de procrastinar, pensando demasiado. Todo se puede estructurar, de tal forma que lo que hagas a lo largo del día te resulte útil y te cunda.
Es sencillo. Lo que tengas que hacer divídelo en pequeñas metas, que puedas ir cubriendo consecutivamente y que, te permitan motivarte con cada paso que consigues terminar. Funciona tan bien porque no nos sentimos sobrepasados y vamos cogiendo fuerza con cada objetivo logrado.
Momento presente. Intimamente ligado a los anteriores tips, este quizás reúna a todos ellos. Estando en el momento presente, a diario, más que en el pasado o en el futuro, sea cercano o lejano, es la mejor forma de abandonar pensar demasiado. Lo puedes hacer siguiendo estos tres sencillos pasos.
Para. Disminuye cualquier cosa que estés haciendo en este preciso momento. Muévete más despacio, habla más despacio o vete en bici más despacio. Haciéndolo serás más consciente de como utilizas tu cuerpo y que ocurre a tu alrededor.
Habla contigo. Ahora estoy … cualquier cosa que puedas estar haciendo. Sea cepillándote los dientes o caminando por el monte. Este simple pensamiento, que incluso podrías programar con recordatorios aleatorios, te ayuda a reconectar y a salir de bucles negativos.
Obsérvalo. El tercer paso, que puede ser consecutivo a los dos anteriores, consiste en dejar pasar el pensamiento excesivo. Si consigues identificar el momento, y lo observas con una mente abierta, verás como se diluye y pierde cualquier poder que pudiese tener sobre ti.
Recuerda, pasamos mucho más tiempo del necesario dandole vueltas a nuestra cabeza, ¡de hecho muchísimo más! Piensa la cantidad de tiempo que tendrías para emplearlo en lo que quisieses, si no fuese así.
No pienses tanto, disfruta de la vida. Es la única oportunidad que vas a tener de ello.