El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen, no es una oficina ni un comercio ni una fábrica.
Ahí veo yo la importancia de la familia.
Gilbert Keith Chesterton
Es algo que nos golpea a diario. Vemos en los medios de comunicación, a nuestro alrededor, los síntomas inequívocos de un deterioro social provocado por la situación económica que vivimos hace años. Añadido a esto, quienes deberían tener la responsabilidad de sacar adelante la situación parecen estar a otra cosa, valga la ironía.
Sin embargo, quienes, día a día, se esfuerzan en seguir adelante, con una sonrisa en la cara, a pesar de estar sufriendo, en sus propias carnes, todo tipo de dificultades, no aparecen en los mapas. Y cuando lo hacen, nos presentan una imagen distorsionada, manipulada o, simplemente, parcial, de su realidad.
Porque lo cierto es que podríamos estar discutiendo interminablemente acerca de la “complejidad” del momento que nos ha tocado vivir, de las dificultades para “recuperar” el bienestar social o económico. Pero esto no sirve de nada. No cambia las cosas.
A ver si entendemos de una vez por todas que realidad es la que queremos. No va de bancos, empresas, impuestos o demás zarandajas. Llámenme simple. Lo soy. Porque esto lo veo bastante más sencillo. Esto va de personas. Nada más y nada menos. Y de su bienestar. Y no me vale con que para que las cosas mejoren, hay que sacrificarse. No sirve. Por una sencilla razón. No es cierto.
Aún a riesgo de resultar repetitivo, vuelvo a recordar un principio básico de la psicología del aprendizaje –La mejor forma de aprender es el ejemplo- Y añado otro ingrediente más a esta simple receta –La empatía-, que no es otra cosa que saberse poner en el lugar de los demás para poder entender algo de lo que están pasando. Sencillo ¿verdad? Pues no parece que sea la guía de actuación elegida para reconducir una situación que tiene tintes de emergencia social y que, a pesar de los intentos de muchas personas por aliviar, es imposible, sin un cambio profundo de modelo. Uno en que lo principal sean las personas. Empezando por sus necesidades básicas, y continuando con su bienestar físico y mental.
Esta es mi realidad. ¿Cuál es la de ustedes?