No hay espectáculo más lamentable que la ignorancia en acción
Johann W. Goethe
Leo, con sorpresa, como, de nuevo, la ignorancia se hace un hueco entre nosotros. Resulta sorprendente como, a la más mínima oportunidad, esta «enfermedad» se apropia como una epidemia, de nosotros. Y lo más alarmante es que resulta prácticamente inevitable.
Me estoy refiriendo, como imagino que ya suponen, a esta versión en directo de la «psicología del rumor» o ceremonia de la confusión, en la que nos hemos visto sumidos estos últimos días en este país. Una sanitaria, que había atendido a un enfermo de Ébola repatriado, se había contagiado con la enfermedad. A partir de este momento, hemos asistido a una cascada de informaciones y bulos, que han conseguido que mucha parte de la población se formase una opinión sobre algo que no conocían ni estaban convenientemente informados. Desde la responsable política ausente o el presente inconveniente responsable, hasta los autodenominados «expertos», nos han inundado con una cantidad de desinformación y bulos, que hacía prácticamente imposible tener una opinión lo más objetiva posible respecto a este tema en particular.
Y el ser humano, cuando ocurre esto, reacciona con miedo. Se vuelve extremadamente protector, como es lógico, con sus personas queridas, y construye un muro de aislamiento a su alrededor. Y lo peor es que este muro termina convirtiéndose en xenofobia, falta de solidaridad o simplemente, agresividad.
Cuando deberíamos estar al lado de quienes están en primera línea, apoyándoles con material, recursos humanos, económicos y respeto a lo que hacen, los repudiamos. No me gusta esta versión de nuestro carácter. Me da miedo. La viví en primera persona en los albores de la atención a los enfermos con SIDA, y la temo ahora.
Por eso se imponen esfuerzos, personales y colectivos para intentar filtrar la información rigurosa sobre ésta y cualquier otra cosa que pueda derivar en comportamientos poco dignos del ser humano.
Y no tengamos que lamentarnos luego por ello.
Muy de acuerdo Leocadio,
Para ello creo que hay que en España y en el mundo, el periodismo se debe transformar en información, no en noticias «calientes» que simplemente vendan emociones. Vender miedo está de moda, y como bien dices eso genera una sociedad poco solidaria.
También para ello el pueblo debe aprender a discriminar la información y reflexionar más antes de comprar cualquier tipo de información.
Un abrazo
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