El respeto está vinculado a la violencia, al rechazo a lo femenino. Frases como ¡no seas nenaza!¡échale …! o ¡los hombres no lloran!, y otras muchas más, están forzanod a nuestros niños a rechazar lo femenino y asociarlo a lo débil, a crecer creyendo que la sensibilidad está reñida con la masculinidad, que la delicadeza, la comprensión o la empatía son características femeninas que ponen en cuestión su orientación sexual.
Los conducimos a un mundo de odio, de rechazo a lo diferente, aunque pueda ser lo que siente. Este es el comienzo de todo, del bullying, la violencia de género, la homofobia, el racismo …
¿Nos lo pensamos un poquito?
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