Cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida.

Pablo Picasso

Llega un momento en nuestras vidas en que todo cambia. Comenzamos un viaje, la vejez que, desafortunadamente, no está valorado en nuestra sociedad occidental,. Es una época de la vida en la cuál, dependiendo de cómo nos enfrentemos a ella, podemos ser muy felices o experimentarla como un calvario.

Hoy les propongo, sin embargo, una mirada desde el otro lado. Desde el apoyo y el entendimiento que significa ver como nuestros padres y madres se adentran en esta edad, a la que llegaremos todos, con salud y suerte claro.

Como nos comenta  M. Tartakovsky en PsychCentral, a medida que nuestros padres envejecen, pueden necesitar más ayuda. Pero la mayoría de nosotros no tenemos ni idea que hacer o incluso como comenzar a hacerlo. No es algo que nos enseñen en ningún lado, no parece popular. Y sin embargo, la mayoría de nosotros estamos expuestos a esta posibilidad.

Por supuesto, cada situación es única, pero les ofrezco una serie de sugerencias que propone C. Steinorth, psicoterapeuta y autora de un libro sobre como mejorar nuestras relaciones, a todas las edades.

1454396_f520

Empatiza. En ocasiones, puede que las frustraciones de nuestros mayores nos sobrepasen. De hecho, resulta muy complicado estar con ellos en estos momentos. No desesperemos. Esto es normal. Es una época de ajustes y así debemos entenderlo. Envejecer es una serie de pérdidas, se acaba la vida laboral, la salud se resiente, muchos amigos no están, faltan energías …. ¡imaginemos como nos sentiríamos (que lo haremos) nosotros en esta situación!

Mantén el contacto. El contacto frecuente es algo que valoran mucho nuestros mayores. Una llamada de teléfono, diariamente, permite sentirse cerca de sus hijos e hijas.

Implica a los demás. No tomemos toda la responsabilidad nosotros, a no ser que nos veamos obligados a ello. La comunicación entre los hermanos y hermanas (u otros familiares), especialmente para mantenernos informados, de cómo están nuestra madre o nuestro padre. Este sistema de ayuda es esencial para proporcionarnos una sensación de control de la situación, que en ocasiones nos puede pillar desprevenidos.

Anticipa. Cuestiones tan peregrinas como conocer el vecindario de nuestros padres, donde compran, si hay obras, si han cambiado el sentido de las calles o cualquier otra eventualidad que pueda alterar su rutina es muy importante para poder ayudarles a afrontar posibles soluciones.

Tratamiento. Si nuestro padre o madre está enfermo, es conveniente que conozcamos las características de su dolencia o que tratamiento debe llevar. Acompañarles al médico resulta muy conveniente para mantenernos informados y poder ayudar en lo que sea necesario.

Actividad. La actividad física es clave para mejorar el humor, dormir bien o evitar el declive cognitivo. Asimismo, la actividad social, es esencial en estas edades. Debemos animarles a que participen en actividades, a que hagan nuevas amistades.

Ayúdales a organizarse. En ocasiones, las personas mayores necesitan reorganizar sus cosas, y nos piden ayuda. Nuestra tendencia es a decidir que conservar y de que desembarazarnos según nuestra interpretación de las necesidades que creemos que nuestros progenitores tienen. Esto puede ser muy traumático en ocasiones, cuando olvidamos el significado que determinados objetos, por muy inútiles y obsoletos que nos parezcan, pueden tener para nuestros padres.

Memoria. Escuchar historias o ver fotos ayuda mucho a nuestros mayores a mejorar su memoria a corto plazo. Es bueno que les pidamos que cuenten las que nos han contado a nosotros, a nuestros hijos, sus nietos. Esto ayuda a crear una sensación de pertenencia actual, consiguiendo que se perciba la familia como algo que permanece.

Cuando no quieren. Una situación muy común es el rechazo de la ayuda cuando esta es necesaria. Esta situación puede resultar muy estresante cuando se produce. Por eso es mejor anticipar su posibilidad hablando con ellos, antes de que lo sea, para diseñar como se tendría que llevar a cabo esa ayuda en el caso de que se produzca.

De esta forma, el plan de actuación estará diseñada por ellos con nuestra ayuda y no impuesto por nosotros. A pesar de esto, toda la ayuda que podamos recabar de su médico y del resto de la familia contribuirá a que la estrategia se perciba como propia y no como una invasión de su intimidad.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.