Poned atención: un corazón solitario no es un corazón.
Antonio Machado
¿Prestamos atención a lo que nos dicen?¿Somos capaces de concentrarnos para seguir unas sencillas instrucciones? Esto depende de muchos factores: concentración, interés, entorno…
Les invito a hacer una pequeña prueba con este video.
¿Viste el gorila? Yo no. Estamos tan pendientes de no perder los pases de balón que, incluso algo tan raro como alguien disfrazado de gorila que atraviesa toda la escena, ¡no lo vemos! Las implicaciones para nuestra vida cotidiana de este fenómeno, denominado ceguera atencional, pueden ser tremendas. En el caso de este video, se utiliza para concienciar a los conductores de los ciclistas que van por la carretera y que podemos atropellar por no verlos.
El origen de este video viene de los estudios sobre atención llevados a cabo por Daniel Simmons y su equipo. En la presentación original, más de la mitad de las personas que vieron el video no se fijaron en el gorila (un consuelo para mí).
¿Cómo podemos no ver algo que ocurre justo delante de nuestros ojos? Esta forma de invisibilidad, comenta Simmons, no solo depende de nuestros límites visuales, sino de nuestros límites mentales. Conscientemente vemos solamente una pequeña parte de lo que ocurre a nuestro alrededor, y cuando nuestra atención está centrada en algo, nos despistamos, o no vemos, cualquier otra cosa inesperada que ocurra a nuestro lado.
La mayoría de nosotros no somos conscientes de estos límites atencionales. Y esto puede ser muy peligroso. Por ejemplo, cuando estamos hablando por el teléfono móvil mientras conducimos convencidos, erróneamente, de nuestra capacidad de reacción ante algo inesperado, y un peatón cruza la calle o el coche de delante da un frenazo repentino. En realidad usamos la mayor parte de nuestra concentración en la llamada.
Aún así, esta forma de focalización de nuestra atención tiene sus ventajas, para nosotros y para los demás. Para nosotros porque nos permite concentrarnos en una tarea que requiera de toda nuestra atención. Para otros, como los magos, porque consiguiendo que estemos pendientes de él, logra que no nos fijemos en el truco que nos está presentando.
Por otro lado, estos estudios nos pueden estar mostrando como, en muchas ocasiones, nuestra ceguera atencional no nos permite ver ni siquiera lo que ocurre delante de nuestras narices
Y esto es aplicable a muchas cosas.