Hay un tipo de héroes televisivos que parecen tener la capacidad de ver directamente en las almas de las personas. A menudo estos protagonistas son antisociales, narcisistas, desagradables o depresivos.

¿No les parece curioso? Nos atraen aquellos personajes que, en el mundo real, rechazaríamos. ¿O es que a alguien le gustaría encontrarse al doctor Gregory House cuando acuda a urgencias?

Pueden ser detectives, médicos o psicólogos, que parecen tener un don especial para acceder a lo mejor y lo peor de los demás, a pesar de sus propias carencias. Un par de miradas, muchas suposiciones, y llegan al origen del problema, sea un asesinato, una enfermedad o un trauma infantil.

Si la vida fuese tan sencilla y pudiésemos conseguir, digamos, elegir pareja, trabajo o un empleado, como fantasean estas series televisivas, ¿seríamos más felices?. O es precisamente la fantasía de que algo como esto sea posible, lo que nos atrae irrefrenablemente a este tipo de personajes, generalmente antipáticos.

Lo cierto es que realizar juicios sobre otras personas es algo bastante más complejo y depende de muchas cosas sobre las que tenemos, generalmente, poco control. Por ejemplo, parece que ayuda un poco ser mujer, además de que el sujeto a “leer” sea mas o menos emocionalmente estable, introvertido o inconsciente.

Además, es muy difícil emitir juicios adecuados si no disponemos de la información correcta. En la mayoría de las ocasiones no conocemos suficiente acerca de la persona que estamos evaluando y su forma de actuar no nos proporciona muchas pistas para poder avanzar en su conocimiento. Situaciones como una fiesta o un examen nos pueden dar información sobre aspectos puntuales, pero nunca un cuadro general sobre la personalidad de alguien determinado.

A veces, las personas, actúan como si estuvieran en una obra de teatro. Pensamos que están mostrándose como son y, quizás, lo que nos están mostrando es un papel adecuado a la situación en la que se encuentran.

A pesar de todas estas dificultades, hay muchas formas de mejorar nuestra capacidad de juzgar el carácter de los demás. Los estudios recientes muestran que aquellas personas con una capacidad natural para evaluar la personalidad de los demás, son personas relajadas, cercanas, agradables y con poca atracción hacia el poder.

Una interesante investigación publicada este año, muestra que para evaluar la personalidad de alguien, tenemos que darle la oportunidad de expresarse. Cuando están más relajados y cómodos es mas probable que se muestren como son

Lo que parece evidente es que, a la hora de “calar “ a alguien,  es más probable que sea el detective Colombo que el doctor House, el que de en el clavo.

2 pensamientos

  1. Buenas tardes Leo, si es que nos encanta prejuzgar, no escuchamos, no conocemos y es lo primero que hacemos, etiquetar a unos y a otros. El estudio publicado lo dice, «oportunidad de expresarse». Un bis a bis, una charla tranquila y sosegada, y mucha escucha… hace mucho. La persona en estado natural es persona; cuando estamos estresados, tenemos prisa y estamos enfadados, somos sucedáneos…

    Gracias Leo, feliz fin de semana

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