La tristeza ocupa siempre lo interior de las alegrías del hombre.
François-René De Chateaubriand

Cuando alguien que nos importa está triste, la respuesta típica en la sociedad occidental es decir, “todo va a ir bien”. Esto, creemos, atenúa la percepción negativa de la situación. De esta forma creemos conseguir que la persona reduzca su tristeza a un nivel que posibilite una salida emocional positiva.

Sin embargo, investigaciones recientes muestran que disminuir excesivamente la negatividad de una situación puede ser algo contraproducente. Cuando intentamos confortar a alguien mostrándole que las circunstancias no son tan graves como piensa, el mensaje implícito es que su nivel de dolor no es socialmente aceptable.

Si estuviese bien su grado de tristeza, no estaríamos tratando de animarle. Las expectativas sociales percibidas acerca de cuando podemos estar tristes provocan que las emociones negativas empeoren. De esta forma, cuando las personas se sienten tristes y perciben que los demás no creen que deban estarlo, sus emociones negativas se amplifican.

La conclusión es que puede ser bueno recordarle a alguien porque debería sentir triste. Obviamente, no nos podemos ir al otro extremo y hacer que alguien que este triste se sienta aún peor, pero recapitular sobre algunas cosas puede ayudar a que la persona triste entienda que eso es lo que se espera de ellos.

Esto es esencialmente lo que hacemos cuando perdemos a alguien. Durante el duelo se destaca lo buena que era la persona, los buenos tiempos que pasamos con el o con ella. De esta forma legitimamos los sentimientos de tristeza. Nos hace sentir que lo que estamos experimentando es realmente como debemos sentirnos. A largo plazo, estos nos hace sentir bien.

El sufrimiento es el otro lado de la felicidad. Recordar porque nos sentimos tristes cierra un círculo emocional y nos hace comprender porque lo estamos.

9 pensamientos

  1. Pensar que «consolar» es «despistar» el dolor emocional ajeno es un error. La verdadera misión de aquel que reconforta es «acompañar» durante el proceo de duelo empatizando con el sentimieno de tristeza y respetando el tiempo natural para superarlo. Gracias por tu reflexión, Leo!

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  2. La tristeza es también una emoción que nos lleva a la intimidad dándonos la oportunidad de un diálogo interno acerca de la visión propia sobre ese aspecto vivencial que nos despierta aquella. Al estar triste podemos también descender a la trastienda del sótano de nuestra existencia para, abriendo la puerta de la conciencia, rescatar significados y valores susceptibles de incorporar a nuestra experiencia cotidiana con un sentido más vital, positivo. Entiendo que la tristeza forma parte indispensable, al menos en el momento evolutivo que nos encontramos, del sublime lenguaje psicológico de nuestro Ser, que nos desciende a un nivel de conocimiento que escapa a otras emociones. Gracias por refrescarnos partes de nuestra naturaleza más humana

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    1. Gracias como siempre a tí, amigo mío. El sufrimiento por una pérdida no es más que el recuerdo de una dicha en compañía de la persona. Luego nos queda el apasionante camino que supone incorporar a nuestro corazón a ese ser que no está ….. físicamente

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  3. En mi caso particular, mi tristeza es debido a que una relación amorosa camibió drásticamente al pasar el tiempo y lloro, añorando esas épocas en que me sentía más feliz… Cómo cerrar ese circulo si esa pareja aún comparte momentos conmigo?

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